septiembre 19, 2023
En primer lugar, aclaremos el panorama. El azúcar y las drogas no son gemelos separados al nacer en el mundo de la adicción, pero ciertamente tienen algo en común. Ahora, adentrémonos en los entresijos de lo que hace el azúcar en nuestro cuerpo y por qué resulta tan complicado decir "no" a ese capricho azucarado.
¿Recordáis esa sensación de felicidad que os invade tras un mordisco de algo dulce? Pues bien, eso es obra de la dopamina, la hormona del placer. Tanto el azúcar como las drogas tienen la capacidad de activar nuestro sistema de recompensa en el cerebro, liberando una buena dosis de dopamina. Pero aquí está el truco: si nos excedemos con el azúcar, nuestro cerebro puede volverse resistente a la dopamina, como cuando ves tantas series que ya nada te sorprende.
El supermercado se convierte en un campo de batalla lleno de tentaciones y estrategias de marketing. El azúcar puede esconderse en productos donde menos lo imaginamos. ¿Alguna vez habéis leído la etiqueta de una salsa de tomate? ¡Sorpresa! Allí está el azúcar, jugando al escondite.
Los magos del marketing conocen nuestras debilidades a la perfección y las explotan al máximo. Colores llamativos, diseños atractivos y nombres tentadores nos llaman la atención como un imán. Y una vez que probamos el primer bocado, ese toque de dulzura puede ser el inicio de un camino lleno de antojos.
Pero vayamos a la cuestión de fondo: ¿es de verdad el azúcar tan adictivo como las drogas? Aquí es donde los entendidos debaten, como en una charla entre amigos. Algunos argumentan que aunque el azúcar puede generar antojos intensos, no provoca la misma dependencia física que las sustancias verdaderamente adictivas. Sin embargo, no subestimemos el poder de esos antojos. ¿Quién no ha sentido el impulso incontrolable de abrir esa bolsa de galletas a altas horas de la noche?
Los comentarios se aprobarán antes de mostrarse.
Suscríbete a nuestra newsletter y entérate de casi todo lo que hacemos ;)
© 2024 rawsuperdrink.
Tecnología de Shopify