diciembre 03, 2020
Que consumir de manera habitual bebidas con un alto contenido de cafeína y otros estimulantes provoca daños irreversibles en el sistema cardiovascular es algo popularmente aceptado. Pero, ¿sabías que también afectan directamente a tu dentadura y aumentan el riesgo de perder tus dientes? ¿Te resulta sorprendente? Sigue leyendo, te explicaremos por qué las bebidas energéticas son malas.
Los adolescentes son los mayores consumidores de este tipo de bebidas, por eso en RAW hemos puesto el foco en este grupo de edad para inculcarles una cultura saludable y cambiar las cosas desde dentro.
Dar bebidas isotónicas a niños no supone un peligro para ellos, siempre y cuando sean aquellas que no tienen azúcar añadido. Pero hay muchas personas que no diferencian una bebida isotónica de una energética. Esta última tiene un alto nivel de acidez, lo que provoca erosión en el esmalte al modificar el PH de nuestra boca. Este tipo de daño en la parte exterior de los dientes es irreversible y sin dicha protección, los dientes se vuelven más sensibles y propensos a caries.
En el caso de deportistas, el consumo de bebidas energéticas, además de aumentar la acidez, proporciona una gran cantidad de azúcar que se almacena en la boca. Al realizar ejercicio y aumentar la temperatura corporal, hace que el proceso de destrucción del esmalte se acelere. Aquí puedes ver una foto de hombre sin dientes tras un consumo de bebidas energéticas y la práctica de snowboard.
«Los adultos y jóvenes consumen estas bebidas asumiendo que van a mejorar su rendimiento deportivo y los niveles de energía y que son mejores para ellos que las bebidas gaseosas. La mayoría de estos pacientes se sorprenden al saber que estas bebidas prácticamente bañan sus dientes con ácido.»
Para probar el estudio, los investigadores usaron trece bebidas para deportistas y nueve bebidas energéticas. Sumergieron piezas dentales humanas en cada bebida durante 15 minutos, para luego sumergirlas durante dos horas en saliva artificial. Estas pruebas se realizaron cuatro veces diarias durante cinco días. Según el Dr. Jain, esta prueba emulaba la exposición de la mayoría de adolescentes estadounidenses a estas bebidas. Un dato tremendo: El 18% de los niños entre tres y diez años toma bebidas energéticas.
El resultado fue que con tan sólo cinco días de exposición, se había dañado el esmalte de manera irreversible, siendo las bebidas energéticas las que hacen el doble de daño a los dientes.
El estudio advierte que se debe esperar al menos una hora tras tomar una bebida energética antes de cepillarse los dientes. Si lo hacen antes, extenderán ácido en la superficie de los dientes aumentando la erosión.
Otro estudio realizado en 2011 y publicado en la revista Pediatrics, advertía de que los jóvenes son el público con el mayor peligro, puesto que no se han establecido niveles de consumo seguros. En este tipo de público puede haber problemas cardíacos o metabólicos no descubiertos, que pueden agravarse por el consumo de bebidas energéticas. Por no hablar de que tienen casi 75 gramos de azúcar cada bebida, tres veces más del consumo diario recomendado por la OMS. Para traducirlo una sola bebida energética equivaldría a 15 sobrecitos de azúcar.
¿Sabes cómo afectan las bebidas energéticas a tu sistema cardiovascular? En los estudios realizados, se ha comprobado que a la hora y media de haberlas tomado se produce una reducción del 2,3% en el diámetro de los vasos sanguíneos. Esto puede provocar un deterioro agudo en tu función vascular.
El consumo excesivo de cafeína provoca náuseas, vómitos, palpitaciones cardíacas, acidosis metabólica e hipertensión. Puede llegar a provocar la muerte y te acordarás de casos que incluso se han visto en el telediario. Pero sin llegar a ser noticiable, consumir bebidas energéticas aumenta el riesgo de hipertensión, insuficiencia cardíaca y diabetes tipo 2 dado que la cafeína disminuye la tolerancia a la insulina. Es difícil también encontrar una bebida isotónica para diabéticos.
Para tomar la misma cafeína que proporciona una sóla bebida energética, habría que tomar varias tazas de café. Pero no se trata sólo de la cafeína que contiene, si no a la velocidad con la que se bebe. Una taza de café, debido a que está caliente se bebe más lentamente. Sin embargo, las bebidas energéticas se beben rápidamente. Este aumento de cafeína repentino puede llevar a provocar un ataque al corazón, incluso si se tratara de la misma dosis de cafeína que la que contiene una taza de café.
Por último, especialistas en salud mental, como el doctor Miguel Ángel Harto, han advertido que estas bebidas enmascaran el efecto depresor del alcóhol, aumentando la probabilidad de beber más. Las estadísticas nos dicen que el 47,5% de los jóvenes beben mezclas de alcóhol con bebidas energéticas.
Un estudio realizado en Alemania advierte desde el 2002 llegó a la conclusión de que dos conocidas marcas de bebidas energéticas han causado «convulsiones, trastornos psicóticos, insuficiencia renal, trastornos respiratorios, taquicardia, arritmias cardíacas, daño hepático, agitación, rabdomiólisis, hipertensión, insuficiencia cardíaca y muerte».
Varios países ya se han hecho eco de los peligros de las bebidas energéticas y han intentado prohibirlas. Francia fue uno de ellos, pero tras una petición de algunas empresas del sector ante la Comisión Europea, la prohibición fue revocada. Las marcas de bebidas energéticas argumentaron que no había pruebas de que su producto fuera peligroso de manera activa.
Debido a los efectos secundarios de las bebidas energéticas , algunos estados alemanes, Australia, Dinamarca, Inglaterra, Turquía y Uruguay ha impuesto restricciones, prohibiendo su venta a menores de 16 años.
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