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Desde hace algunos años, los productos ecológicos están cada vez más presentes en nuestra lista de la compra. De hecho, han pasado de ser artículos considerados casi “gourmet” y exclusivos de tiendas especializadas, para convertirse en productos cada más accesibles y económicos. (Descubre dónde encontrarnos)
Este fenómeno creciente va de la mano de una mayor preocupación por la salud. De hecho, el consumo de productos BIO parece haberse acelerado con la llegada de la covid-19: según un informe presentado por la consultora Nielsen, seis de cada diez españoles invierten ahora más dinero en productos BIO y frescos, que hace un año.
Pero ¿sabemos realmente qué es un producto BIO? RAW ha revolucionado el sector de las bebidas y se ha convertido en la primera isotónica BIO. Apostamos por los productos ECO como una forma de protegernos a nosotros y a nuestro entorno. Y en este artículo te contamos lo que significa y el porqué escoger productos con sello “eco” significa apostar por tu salud y por la del planeta.
BIO, orgánico, ecológico…en realidad estas denominaciones sirven para definir todos aquellos productos que han sido producidos sin abonos químicos, pesticidas, manipulación genética, libres de aditivos, colorantes o aromas artificiales y cuya producción no supone ningún riesgo para el entorno agrícola donde se cultivan.
Si el producto cumple con estos requisitos se le otorga el sello de la UE que certifica su origen sostenible y saludable. Esta certificación solo la pueden llevar productos cuya composición está formada al menos en 95% de ingredientes ecológicos. Y no solo eso, el logotipo, conocido popularmente como la “Eurohoja”, garantiza que el alimento está libre de transgénicos y pesticidas y que el producto cumple todas estas condiciones sin utilizar productos químicos durante todas las etapas hasta llegar a nuestra nevera: desde la producción, hasta el almacenamiento y el transporte.
Además, el sello de la UE ofrece una identidad visual a todos los productos BIO de Europa y facilita a los consumidores que identifiquen esta categoría de productos de una forma rápida, segura y fiable, además de permitir su trazabilidad.
• En primer lugar: por salud. El cultivo de alimentos orgánicos tiene múltiples beneficios en nuestra salud. Lo productos químicos se asimilan mejor por nuestro organismo al no utilizar productos químicos, lo cual tiene un efecto directo en nuestras defensas.
Igualmente, al no utilizar pesticidas, no contienen sustancias tóxicas o trazas sintéticas, lo que favorece su asimilación y evita sus efectos negativos, como las cada vez más comunes alergias, según señalan los especialistas.
Además, evitando el uso de organismos modificados genéticamente y recurriendo a fertilizantes naturales para su producción, los productos BIO conservan mejor todas sus propiedades nutricionales con una mayor cantidad de vitaminas, antioxidantes y minerales.
• Por sabor. Además, gracias a su proceso de elaboración completamente orgánico y artesanal, se mantiene el sabor natural del producto y esto también beneficia la conservación de sus propiedades nutricionales.
• Por sostenibilidad. Cuando optamos por productos BIO estamos apostando por conservar nuestro entorno, ya que este tipo de agricultura respeta el medio natural que nos rodea y no genera contaminación. Los cultivos ecológicos no generan residuos tóxicos, que pueden acabar en el agua o en al aire, favoreciendo la preservación del medio ambiente y apostando por un desarrollo más sostenible.
¿Te parece poco? Pues, además, este tipo de agricultura ayuda a la fertilización de la tierra, no contamina los acuíferos, respeta los ciclos naturales de los cultivos, favorece la biodiversidad, los productos de proximidad y optimiza el uso de los recursos naturales disponibles sin sobreexplotarlos.
• Garantizan el máximo respeto animal. Los productos orgánicos de origen animal están regulados por la Normativa Europea de Producción Agraria Ecológica que garantiza la calidad de vida los animales destinados al consumo, los cuales deben de vivir en un régimen de semi-libertad y alimentarse de manera natural, sin hormonas, transgénicos u otras sustancias artificiales que puedan repercutir en su salud y por ende en la nuestra.
• Por seguridad y garantía. Desde que los agricultores plantan los cultivos, hasta que metemos el producto en nuestra cesta de la compra existe un estricto marco regulatorio que garantiza la calidad de los productos BIO, asegurando la máxima fiabilidad a la hora de consumirlos. Este proceso protege la integridad de todos sus ingredientes, garantizando todo su sabor y compuestos naturales.
En definitiva, además de ser más nutritivos, mantener todo su sabor original y proteger nuestra salud, la producción de productos BIO es respetuosa con la naturaleza y en consecuencia, con las personas, protegiendo el entorno donde vivimos y asegurando un futuro mejor ¿Aún
necesitas más motivos para pasarte al lado BIO?
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