Rehidratación en los procesos Post-diarréicos

febrero 01, 2022

La diarrea

Es un problema de salud pública, sobre todo en casos persistentes, ya que provocan pérdida de electrolitos y agua que se traduce en deshidratación y malnutrición. Además, va acompañada de otros síntomas como son la fiebre, dolor abdominal, náuseas, vómitos, retortijones, fatiga y pérdida de apetito.

Según la OMS, las diarreas son la segunda causa de muerte más común en niños <5 años en todo el mundo.

La diarrea se define como la aparición de heces pastosas o líquidas, que ocurren 3 o más veces al día. Hay mucha variabilidad interpersonal en cuanto al ritmo y motilidad intestinal.

Las causas de las diarreas pueden ser varias:

De origen bacteriano, por intoxicación alimentaria o falta de higiene.
De origen vírico (causa más frecuente en niños).
De origen inflamatorio (como colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn)
Por procesos de ansiedad o estrés.
Efecto secundario de algunos medicamentos (por ejemplo, los antibióticos).
El consumo excesivo de edulcorantes como el sorbitol, eritritol y manitol que no son absorbidos, llegan intactos a la flora bacteriana, ocasionando gases, malabsorción y diarrea.
Ciertas intolerancias, como la de la lactosa, fructosa…

Es muy importante reponer agua y electrolitos y descubrir la causa de la diarrea, para ver cuál es tratamiento ideal a seguir.

Diarrea: síntomas, tratamientos, causas e información

Pero… ¿Qué son los electrolitos, y dónde encontrarlos?

Pues son minerales, que tienen una carga eléctrica y son esenciales para el correcto funcionamiento del cuerpo ya que ayudan a mantener en equilibrio el PH corporal, la cantidad de agua del cuerpo, transportar nutrientes, y algo super importante, como es la trasmisión del impulso nervioso de neurona a neurona, lo que hace que los músculos se contraigan, que el corazón lata y que el cerebro pueda mandar y recibir las señales del cuerpo. Así que cuando se sufre una deshidratación aguda, el agua simple, no es suficiente, y aquí hay que recurrir a Soluciones de Rehidratación Oral (SRO), preparados elaborados por industria farmacéutica, con unas cantidades específicas de electrolitos. Estas soluciones deben darse en pequeñas cantidades y poco a poco para facilitar tolerancia, y estas cantidades, que dependen de la edad, deberían tomarse después de cada deposición líquida.

Estos electrolitos son, el sodio, calcio, potasio, cloruro, fosfato y magnesio. ¿Y estos solo se encuentran en industria farmacéutica? Pues no, en la alimentación de toda la vida, también los podemos encontrar. Una fuente importante de estos es el agua de coco (muy rica en potasio), la sal marina, obtenida por evaporación de agua marina (esta tiene un 86% de NaCl (cloruro de sodio) y oligoelementos como el Calcio, Cloruro de magnesio, Potasio, Yodo y Manganeso, a diferencia de la sal refinada que tiene >99% de sodio), el caldo de huesos (cocción lenta de más de 12h para que se extraigan los minerales del hueso), y las frutas y verduras (aunque estas en muchos casos pueden provocar malestar estomacal y empeorar el cuadro diarreico).

En el mercado hay bebidas como Raw Superdrink que pueden presumir de tener estos electrolitos con ingredientes naturales y orgánicos, y que pueden ayudar en estos procesos de recuperación ya que:

Tienen agua de coco, que como he dicho antes, es rico en potasio.
Sal marina.
Frutas que aportan minerales y vitaminas. Es importante destacar que es el jugo y no su fibra, ya que la fibra además de enlentecer la absorción puede empeorar el cuadro por aumentar motilidad intestinal.
Y que están endulzadas con hojas de Stevia, que no provoca los gases de algunos edulcorantes artificiales, y no aporta azúcares añadidos a la bebida.

Y, para terminar, además de rehidratarse, hay que seguir otras recomendaciones como son:

Evitar cafeína y alcohol
Evitar alimentos lácteos, altos en grasas, altos en fibra y los muy condimentados,
Agregar alimentos de fácil digestión, como son los semisólidos y los de bajo contenido en fibra. Ej. Arroz cocido, pollo cocido, pechuga de pavo…

Medicamentos antidiarreicos, solo bajo prescripción médica. Como son la loperamida y el subsalicilato de bismuto, que reducen el número de deposiciones.
Tomar probióticos: los microorganismos de la flora bacteriana sufren un desequilibrio cuando sufrimos procesos diarreicos o cuando tomamos antibióticos. En todo caso, el tratamiento con probióticos sería una vez pasado el cuadro clínico. A la hora de elegir un buen probiótico tienes que fijarte muy bien en el número y tipo de cepas de estos “bichitos” ya que hay muchos en el mercado que son una pérdida de dinero.

Espero que esta guía les sirva de ayuda, y recuerden, que lo más importante es averiguar el origen del cuadro diarreico y su grado para llevar el mejor tratamiento.

BIBLIOGRAFÍA