Cuida tu suelo pélvico

¿Sabes lo que es el suelo pélvico? Es el conjunto de estructuras musculares, tendinosas y fasciales que dan soporte a los órganos pélvicos y abdominales.

Es ese “gran olvidado” que debemos cuidar puesto que soporta grandes presiones y suele sufrir bastante. Algunos factores de riesgo para el suelo pélvico son: edad, partos, tos crónica, estreñimiento, sobrepeso, etc. 

Y te preguntarás, ¿cómo puedo cuidar yo mi suelo pélvico? Lo primero que te recomiendo es acudir a un especialista si crees que te identificas con algunos de estos síntomas: pérdidas de orina, dolor en las relaciones sexuales, problemas digestivos, dolor pélvico o abdominal... 

Tu fisioterapeuta especialista en suelo pélvico te realizará una valoración individualizada y te dará unas pautas para su cuidado.

Ahora bien, ¿que puedes hacer tú desde el autocuidado? Voy a darte algunos consejos para que empieces a cuidarte:

• Haz ejercicio: ningún ejercicio correctamente realizado supone un riesgo  para el suelo pélvico. No obstante, los deportes de impacto sí que pueden aumentar el sufrimiento de este, aunque con las pautas correctas no debería de haber ningún problema. Sin embargo, hay ejercicios específicos que te ayudarán a cuidar tu suelo pélvico como puede ser el yoga, pilates específico o gimnasia hipopresiva.
• Come sano: la alimentación es esencial para evitar problemas como los intestinales que conllevarán indirectamente a un problema de suelo pélvico. Además, la hidratación correcta con bebidas con un porcentaje adecuado de agua como RAW te ayudarán a mejorar la calidad del tejido y mantenerte hidratada. 
• Mantén una higiene adecuada: utiliza ropa interior de algodón, no utilices salvaslips que puedan aumentar la humedad, lávate con agua y utiliza la copa menstrual.
• Ten unos hábitos saludables: no aguantes las ganas de orinar, no hagas fuerza y utiliza una posición adecuada. 

Recuerda, ¡tu suelo pélvico existe! Acudir a un profesional está en tu mano y además, siguiendo las pautas adecuadas podrás cuidarlo de manera correcta.

Y ten en cuenta que muchas veces no es necesario tener una patología o unos síntomas como te he explicado anteriormente. Hacer una valoración puede ayudarte a prevenir problemas y a tener un mayor autoconocimiento y conciencia de tu cuerpo.

También es importante saber que los ejercicios tienen que hacerse, aunque sea en grupo, de manera modificada para ti y con unas pautas establecidas y una valoración previa.

Lo más importante es conocerse y querer cuidarse ¡te animo a ello!